miércoles, 24 de septiembre de 2014

New Order - Antes de lo que piensas

"sustancia"

  • elemento, constituyente, componente, principio, fundamento, materia
  • ser, esencia, naturaleza, entidad, espíritu, alma, fondo, médula, meollo, enjundia, importancia, trascendencia
  • alimento, jugo, caldo, extracto, concentrado
La música del final del siglo XX no se puede entender sin "New Order". Así de rotundo me veo obligado a afirmarlo. Un grupo capital, piedra angular, un grupo fronterizo, avanzado a su época. Unos músicos que sirven de puente entre el "punk"/"new vawe", la música electrónica, el hoy llamado "synth pop" (entonces le llamábamos "techno") y la música "dance". De hecho, nuevamente oso afirmar que gran parte de la música de discoteca (sin influencias afroamericana o étnica) de los noventa y principio del siglo XXI tienen su origen en la de esta banda.

Todo empezó con un single titulado "Blue Monday" en 1983, pero ya se veía venir en el primer "maxi" (entonces se llamaba así) aparecido tras su primer larga duración (Movement 1981), un disco que más que el primero de esta banda deberíamos considerar el último de Joy Division.
Los New Order explotaron la ausencia de imagen y de datos personales durante bastante tiempo. Poca información ofrecían sus discos sobre sus miembros, incluso a algunos había que darles unas vueltas para encontrar el título del disco y de sus canciones. Estaba claro que ellos no eran los importantes, que aparentemente pasaban de sus "egos" y solo había que estar pendiente de sus canciones.

Un buen día, mientras me dedicaba a ese entretenimiento clásico entre los melómanos que es mirar (ni siquiera hace falta escuchar) discos viejos, se cayó del interior del "Power, corruption and lies" mi entrada para su concierto el 7 de Julio de 1984 en Barcelona. Me costó 1.500 pesetas (9 euros) que entonces era todo un dineral. Han pasado sólo treinta años y todavía siguien ahí todos esos recuerdos.

Si me dan a elegir entre sus discos, sin tener en cuenta el sensacional recopilatorio "Substance" de 1987, me quedo con su tercer trabajo: "Low life" de 1985. Probablemente es su momento álgido de madurez en cuanto al hallazgo de su estilo y está lleno de buenas canciones.

Los golpes de batería electrificada y ese bajo tan característico de ellos utilizado como si fuera una guitarra rítmica dan la señal de salida en "Love vigilantes". La música es envolvente, repetitiva, no hay lugar a las acrobacias individuales, salvo algunas ráfagas guitarreras. Un clásico de su repertorio que incluso tiene una versión interesantísima en la voz de "Iron and Wine"

Sin pausa se meten de lleno en uno de sus grandes clásicos ¿Quién no ha bailado alguna vez "The perfect kiss"? Por cierto, mucho mejor esta versión corta del disco, que cualquiera de discoteca alargada hasta la saciedad.

"This time of night" no es de sus más conocidas, baja el ritmo frenético de la anterior, y de principio se acerca un poco a los territorios siniestros de Joy Division, luego suena extraordinariamente "tecno", perdón "synth pop", puede competir en la liga de las mejores canciones de ese estilo. La caja de ritmos va a tope. Ha resistido el paso del tiempo la fuerza de los monumentos.

"Sunrise" cierra la primera mitad del disco con teclados atmosféricos de inicio, luego se lanza a toda velocidad siguiendo el ritmo del bajo, las guitarras se empeñan en "riffs" cercanos al "punk", y así le dan forma a uno de los grandes temas que a veces vienen ocultos en los finales de las caras de los discos. ¡Tremenda! No sé porqué, pero siempre me imagino  una versión "heavy" de esta canción, creo que sería flipante. A ver si alguien recoge el guante.


Y viene la cara "B". Durante años empezaba siempre la escucha de este disco con esta cara, que me recuerda el inicio de un concierto empalmando las dos primeras, la instrumental (casi clásica y un punto sinfónica) "Elegia" y una de sus obras cumbre "Sooner than you think" (extraordinario el crescendo que le da inicio y el estribillo). De hecho buceando por la red he comprobado que ellos piensan igual y algunos conciertos los comenzaban con "Elegia" enlazada con alguno de sus éxitos.  Este dúo de canciones se come la primera mitad de esta segunda cara y resulta un resumen entre magnífico y perfecto de los estilos musicales que han influenciado a esta gente que finalmente se resuelven en el suyo propio.

"Oh, you know what I mean, yes you do."

La siguiente canción es otro de sus clásicos de discoteca: "Sub-culture". Fue uno de sus singles y alcanzó posiciones altas. Para mi gusto algo repetitiva, y un poco por debajo del excelente nivel de las previas, pero ideal para mover el esqueleto si uno no tiene ganas de pensar. 


Finaliza el disco con "Face up" que insiste en la brecha discotequera de la anterior. De hecho las dos finales enlazadas suenan de maravilla.

Por cierto, que original la presentación de este vinilo, envuelto en papel vegetal semitransparente que difumina los rostros de las fotos de portada y contraportada.

martes, 16 de septiembre de 2014

Robyn Hitchcock and The Egyptians. A la luz del jeroglífico.






Me pregunto si esta portada es la original. En todo caso es mi portada, la de mi disco, la que mantienes en las manos durante mucho tiempo, le das la vuelta, lees los créditos, admiras los logos y anagramas, te aseguras de que entiendes el título de la canción e imaginas lo que convenga... En general, no me gusta que los discos cambien de portada cuando han pasado los años..., ah, no, que esta era la portada en tal país, censurada, alternativa, edición especial... ¡Que no, que esta es MI portada! Hombre, que cuando te encuentras a aquella novia de entonces no quieres que haya cambiado tanto. ¿Verdad que no?

Fue en los viejos tiempos, cuando los discos aparecían de sopetón para robar corazones, cuando esos amores se compartían con muy pocos amigos. Fue en un tiempo del que quedan pocas trazas en el recuerdo. Y sin embargo, entonces ocurrían cosas que habría que fijar en la memoria como los chicles debajo de la mesa. 

En casa acabamos con varios de Robyn Hitchcock, pero creo que todo empezó con Element of light y, poco después, con I often dream of trains

No conocía a los Soft Boys. No sabía nada de él. La primera impresión fue, sin prejuicios, que era un adorador de Syd Barret (lo cual me pareció de lo más respetable). La segunda impresión fue que no hacía canciones que entraran a la primera (lo cual me obligó a tenerle fe y poner el disco más veces). 

Es un artista absolutamente británico (aunque luego se haya mimetizado perfectamente entre las huestes del Paisley Park: The Venus 3. Mmm, no están nada mal, viejo). Me encantan sus versiones en directo de discos enteros de los Beatles y de Pink Floyd (Sgt. Peppers... y The piper at... estaban en descarga legal, gratuita, por internet).

Desde el principio, me sentí transportado por «Airscape» y por el uso del «órgano de cristal». Ese fue mi banderín de enganche, porque al principio siempre soy reacio a los músicos que son maestros en el humorismo (llamadme soso), cosa que no me sucede jamás con los escritores, qué curioso. Bueno, al final, los buenos siempre ganan: Todd Rundgren, Frank Zappa, The Kinks... Y Robyn Hitchcock está en esa liga de los maestros del sarcasmo. Pero, ojo, también en la liga de Edgar Allan Poe, de la ciencia-ficción, del metaforismo poético, de la psicodelia darko-luminosa. 

«Winchester», «Raymond Chandler evening», «Airscape»..., melancolías hermosas que llevan luego a terrenos más rockeros y a mantras hipnóticos. 

Altamente recomendable. Creador de obras maestras pop que hacen enrojecer a muchas pseudoestrellas del panorama. 

Para muestra, un botón. No están en el disco, pero qué más da.


 



Y ahora, Element of light. If you were a priest. Potente.






Winchester (y siguientes. Podéis escuchar la lista de reproducción hasta Bass, que no hace falta que oigáis en esta versión demasiado amateur).




Bass



Airscape

 

 Never stop bleeding

 

 Lady Waters and the Hooded One