viernes, 20 de diciembre de 2013

Esclarecidos - Rojo, Azul o Negro



Esclarecer.
(Del lat. ex y clarescĕre).
1. tr. Iluminar, poner claro y luciente algo.
2. tr. Ennoblecer, ilustrar, hacer claro y famoso a alguien.
3. tr. Iluminar, ilustrar el entendimiento.
4. tr. Poner en claro, dilucidar un asunto o doctrina.
5. intr. impers. Apuntar la luz y claridad del día, empezar a amanecer.

A los Esclarecidos les debemos una entrada formal en este blog desde hace tiempo. Ya hemos comentado más de una vez que son favoritos en nuestra casa. Su propuesta musical inclasificable, atemporal y, sobre todo, de gran calidad merece un puesto de honor que desgraciadamente no ocupa entre el gran público y fueron grupo de culto solo para amantes de lo singular (o eso pienso yo). Eso sí, cualquier melómano, sea cual sea su signo, reconoce los indicios de excelencia en cualquiera de sus canciones.

Para esta entrada había seleccionado el disco "Dragón Negro" de 1994 y mientras buceaba en sus canciones se me cruzó el color "Rojo" de su anterior disco y el azul del tema que lo abre, así que decidí que esas contradicciones de color para un daltónico (como yo) eran un excelente tema para escribir.

Porque las canciones de Esclarecidos, hacen revivir escenas y paisajes, relatan historias y frecuentemente revuelven en algún sentimiento de esos indescriptibles con palabras directas y que sólo resisten a las metáforas, a figuras gramaticales tan eclécticas que exhiben diferentes significados cuando se muestran. Así que hoy hablaremos sobre todo de sus letras (casi todas ellas de Alfonso Pérez),  caracterizadas por la madurez y un cierto grado de cripticismo, sujetas a interpretación siempre, en general muy poco directas. Su música no necesita tarjeta, más bien necesita vestido elegante y, según como, etiqueta e incluso invitación para asistir a un cóctel de tanto tronío.

El "Tren azul" a mí me sugiere un viaje sobre raíles imaginarios trazados por el suave saxofón de fondo. Cristina recita más que canta, pero con tanta suavidad, que cuando salta entre pequeñas historias y sugiere un adulterio lo hace casi con tono de broma, de hecho el final onírico de la letra demuestra que fue escrita con imágenes fijas sugerida durante una siesta amenizada por orquesta. A mí a veces me pasa en algunos conciertos (sobre todo de ópera), me relajo tanto que sueño al ritmo de la música. También me pasa con Silvia Pérez Cruz, pero eso es otra historia.


"Noche de hiedra" es una letra de Javier Corcovado que a los "Esclarecidos" les sienta de maravilla. La noche aquí tiene ese tinte verdoso que da la luz de la luna algunas veces al proyectar sombras sobre las paredes, igual de aquí viene la sugerencia de la hiedra. Esas sombras son las que a mí me sugieren labios, heridas, besos y espinas. "Siendo la noche de hiedra, los nervios dorados se doblan y la luna es un susurro de tambor."
"Rojos" adjudica ese tono cutáneo a todos sus protagonistas. El color rojo avergonzado de esas relaciones personales rutinarias que con los años alcanzan un tono de falsedad tan acusado que sus protagonistas en vez de rojos aparecen pálidos. "A veces lo más suave escuece y lo que escuece no se nota. El rojo es pálido con el paso del tiempo." Extraordinaria y orquestal canción más cercana al jazz que al pop. Lamentablemente no encuentro esta canción que os recomiendo fervientemente. En su lugar os pongo una de abandonos ("No hay nada como tú"), con un estribillo para jubilados: "Espero que el parador no cierre los inviernos."
En "La cena" verde, negro, azul y blanco conviven en forma de versos de amor y de desconsuelo. Es una historia de miradas furtivas (me la tomo como muy propia) con sólo dos minutos y medio, breve pero de intensidad inolvidable. Una canción masculina (o a mí me lo parece) con voz femenina y acompañada de guitarra.
"Dragón negro" es para mí la obra culminante de "Los Esclarecidos" y está repleto de buenas canciones.

"Hay" es una de las mejores del disco. Para mí en ella predomina el color gris de la medianía de la vida de algunas de las personas que se describen en ella. De hecho la canción es un dedo acusador dando golpes en el pecho de alguien. "Hay muertos que nunca mueren y vivos que no conocen la vida. Los hay que prefieren morir que lampar una eternidad."

lampar.
(Del lat. lampas, -ădis, y este del gr. λαμπάς, antorcha).
1. tr. Afectar la boca con una sensación de ardor o picor. U. t. c. intr.
2. prnl. Tener ansiedad por el logro de algo.

"El dragón negro"... Treinta y cinco segundos de una intensidad brutal con Pablo Guerrero en las voces de fondo. Que cada cual se lo tome como quiera.  "No sé de qué raíz nacía aquel instante pero había un incendio de cal en las farolas. Descendía a los ojos el juego de los niños y Dragón Negro tocaba en mi memoria."

 "Y subimos" es la gran canción de este disco, la que sobresale por encima de los demás, la más llena de colorido con esos monos con traje a rayas (seguro que negro y amarillo) mientras los protagonistas suben y bajan buscando un lago blanco y los conejos se tatúan un dragón negro. Sorprendente, los animales hacen cosas extrañas e incoherentes mientras que las personas sólo hacen que subir a buscar un eclipse. ¿No será que es al revés?

Tanto dar vueltas que ya no se sabe si están "Arriba o abajo", sólo tienen claro que: "... cuando estuve cerca tu estabas a mi lado".
La "Mala Rosa". No necesita explicación ni color. Clásica que podría haber cantando cualquier folklórica o un cantante masculino de boleros o tangos, dejandonos estupefactos. Me la estoy imaginando con Antonio Machín y ...
Para acabar os dejo con estos "Poemas 19 y 27" mezcla de física aplicada a los acontecimientos personales y de balidos y cacareos burlescos "Entérate imbécil".
Seguro que no os dejan indiferentes.

sábado, 7 de diciembre de 2013

El rock y los cuartetos de cuerda




Bien, en esta ocasión voy a reincidir en una lista de canciones muy queridas con un denominador común: el uso de las cuerdas y, más concretamente, del cuarteto de cuerda, en el pop. Desde muy pronto se instaló en casa la apertura de miras en esto del rock and roll. Siempre hemos tenido discos de todos los palos, y desde luego, el rock sinfónico estaba entre nuestros géneros preferidos. Pero, muy concretamente, a mí me atraía el formato más desnudo de la canción arropada únicamente con un grupo pequeño de cuerdas (bueno, eso ya fue hacia los años noventa). Quizá fue una influencia subliminal de la que debió ser la primera muestra de este tipo de arreglo musical. Ejem, los Beatles. Los Beatles, aunque fueron prácticamente el primer grupo de música pop que escuché en mi vida (esa es la impresión que tengo, porque los asocio con las novelas de los Cinco y las tardes de sábado, ayudando a fregar los platos), no aparecen con facilidad entre mis referencias. Es tan fácil encontrarlo todo en los Beatles; es tan fácil ver que ellos lo hicieron todo primero..., que me dan un poco de rabia. (Es un decir.)

The Beatles - Eleanor Rigby (arreglo musical de George Martin, claro) Pues sí, claro, es muy difícil casar un género popular y eléctrico con la música culta, y más difícil encontrar artistas que hayan querido reducir su sonido exactamente al formato de cuarteto, por eso aquí pongo ejemplos híbridos junto a otros puramente dedicados al grupo de cuerdas por excelencia. Por ahí circulan discos de Joe Jackson o de Paul McCartney en los que han intentado hacer música de orquesta. Amigos, que se lo quiten de la cabeza. No tienen ni idea (y eso que Joe Jackson es un músico como la copa de un pino). Sólo hace falta escuchar atentamente a los grandes del género (pongamos por ejemplo, así, sin despeinarnos, a Bach, a Mozart o a Malher) para que las pretensiones de algunos se queden en el mero ridículo. Los inteligentes hacen música «clásica» sin envidiar a las orquestas: John Cale, Brian Eno... Pero hay que atreverse. Y Lou Reed se atrevía a mucho. ¿Quién estaba seguro en 1978 que «Street Hassle» era una obra maestra? A mí me costó un tiempo, y soy un fan declarado.

Lou Reed - Street Hassle Luego están los encuentros felices en casa de los amigos. Me acuerdo de que fue en casa de Víctor. Tenía el último disco publicado por los Teardrop Explodes, el minielepé. Y en él había esta maravilla que, según creo, no ha salido en ninguna de las nuevas ediciones en cedé del grupo. (Recuerdo que mi amigo se relamía y juraba que nadie había conseguido hacer un arreglo de cuerdas como este. También hay trompetas y un clavecín.)

Teardrop Explodes - Suffocate Y también hay ejemplos en lengua castellana. Aquí traigo a colación a uno de los mejores grupos de pop de todos los tiempos (exagerar es cosa de críticos profesionales, pero me lo voy a permitir). Y se atrevieron definitivamente a ser los más elegantes y los mejor producidos.

Esclarecidos - No hay nada como tú Y de pronto, una fuerza pop se atreve con un disco entero en el que sólo hay voz y cuarteto de cuerda. Genial, en mi opinión. Hacía tiempo que me imaginaba ese maridaje, y aunque yo hubiera sido más agresivo en algunos momentos, la satisfacción fue apreciable.

Elvis Costello and the Brodsky Quartet - Jacksons, Monk and Row Tenía que ser Björk la que se asociara también con este cuarteto para hacer la versión más estremecedora de su ya hermosísima hiperbalada. No tengo palabras. (Es que no las hay. Cualquier alma sensible mataría por crear algo así.)

Björk (con el Brodsky Quartet) - Hyperballad XTC le ponen gotas de agua y trompetas, pero lo que me emociona es el piccicato que conduce la canción como una máquina imparable. Tengo que ponerla, me siento obligado. Tiene un uso del contrapunto hipnótico. Jamás pararía de escuchar esta música (que desciende de los Beatles y de los Beach Boys, y de Robert Wyatt y de Steve Reich).

 XTC - River of orchids Escuchando al Kronos Quartet (versionando a Jimi Hendrix - Purple Haze) me entenderéis cuando decía anteriormente que me hubiera gustado que Costello hubiera sido más agresivo. En serio, casi ni echo de menos al impagable guitarrista. ¿Se entiende? Si el cuarteto de cuerda consigue que una guitarra eléctrica no sea necesaria, entonces alcanza la mezcla que yo tenía en mente.
 

Balanescu Quartet (versionando a Kraftwerk) - The Model Y para acabar, auténtico rock and roll. Shostakovich. Una de las experiencias más intensas de mi vida: grabar pacientemente los quince cuartetos de la radio en versión del Cuarteto Borodin (hasta me enviaron el programa de mano -un verdadero cuaderno lleno de información- que, no sé como, he perdido; pero tengo los cassettes); y ver al Brodsky Quartet hacer la integral en octubre de 1996 (creo recordar que duró cuatro fines de semana consecutivos).